viernes, 30 de mayo de 2014
De nuevo siento la humedad invadirme el cuerpo, metiéndose sin pedir permiso por cada poro de mi piel. Otra vez escucho los mil millones de sonidos simultáneos de la ciudad que no tienen piedad. Otra vez los ceños fruncidos en la calle. Otra vez soy invisible y camino sin que nadie me mire ni se moleste en esquivarme. Otra vez el estresarme y el estresar. Otra vez formar parte de ese colectivo insatisfecho. Otra vez a soñar despierta y a contar los días que faltan para vivir de nuevo (Algo así como 250 días). Otra vez le digo 'hola' a Buenos Aires.
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